La asiática acarició suave y largamente la polla con su lengua, sin olvidar también los huevos. Trabajó cada milímetro, mientras gemía tan lánguidamente que su compañero quería follarla. Su polla cabía entre sus hermosos pechos, y sus rosados pezones se hinchaban. Se tumbó y quiso que se corriera dentro de ella. Acabar sobre su barriga le producía un placer especial. Se acarició la polla con la mano. Ojalá tuviera una asiática así, porque son todas tan temperamentales.
Las dos novias son divertidísimas. No sé si el tío les hace cosquillas con algo todo el rato o si son tan optimistas de por vida, pero el mejor momento del vídeo es cuando se les llena la boca de semen y por fin se ponen serias. De verdad, ¿cómo se puede sonreír con una polla enorme en la boca? Ellos pueden hacerlo. Para ser justos, pueden hacer muchas otras cosas, pero la atención se centra en eso...
¡Estás ardiendo! Si puedes darme por el culo, me encantaría.