Esta ama de llaves se merecía que la trataran así, ya que se pasea por allí retorciendo el culo y echando los cojones también. Así que la pinchó en la boca con fuerza. Al parecer su coño estaba tan en llamas que la rubia perdió el miedo. Incluso su amiga ayudó a sujetar a esta matona para que el amo pudiera correrse en toda su garganta.
La madre sabe cómo educar a su hijo: ¡lamer sin hablar! Sólo que él tampoco es tonto, le da la espalda y se venga, la antigua tragedia griega descansa.