Los ladrones tienen suerte de haberse topado con un amable guardia de seguridad. De lo contrario, no habrían tenido que complacer a un solo hombre, sino a toda una pandilla. Hay que reconocer los grandes cojones del guardia, se puede ver en el vídeo que uno de los ladrones se corrió en toda la boca, aunque habría habido suficiente para un segundo.
Su hermano decidió que su hermana no tiene derecho a rechazarlo, y tenía razón. A ella no le importa meterse con él. Y sus padres están contentos de que siempre sea puntual en casa.